Con motivo del centenario del Parque de María Luisa en el curso 2013/2014 el alumnado del CEIP Arrayanes ha realizado una serie de actividades relacionadas con el tema.
A continuación exponemos algunos de los datos realcionados con este parque.
El Parque de María Luisa tiene una extensión de 34 hectáreas y goza de una extensa variedad vegetal, muy frondosa en muchos puntos, diáfana en otros de manera que cuenta con algunas zonas extensas de hierba.
Enclavado al sur del Casco Histórico de la Ciudad de Sevilla, constituye un auténtico pulmón verde para la capital hispalense, de manera similar a otros parques públicos ubicados en las grandes capitales del mundo y que gozan de fama universal.
El parque tal y como se puede contemplar actualmente es bastante similar al de la Exposición de 1929. Forestier creó un eje central en el parque que comprendía el monte Gurugú y el estanque de los patos, que eran los dos elementos más importantes ya existentes antes de su intervención.
A este eje se incorporaron la fuente de los Leones y el estanque de los Lotos, además se añadieron las avenidas de Pizarro y la de Hernán Cortes, que corren paralelas a este eje y otra de forma perpendicular, para poder facilitar la circulación de carruajes. Se mantuvieron el arbolado preexistente y los senderos secundarios. El parque se configura así con una estructura formada por una combinación de jardines menores de carácter autónomo, organizados en torno a estanques fuentes, monumentos y pabellones, que permitiría intervenciones posteriores, de carácter parcial, sin alterar el conjunto. De esta manera aparecieron las glorietas que vinieron a constituir espacios que comparten un ámbito público del parque y a la vez íntimo que refleja los patios de las casas andaluzas, utilizando para su diseño, elementos decorativos propios y representativos de la historia regional y local.
También contiene gran variedad de especies avícolas entre las que se pueden destacar los pavos reales y pájaros cantores, cisnes y patos que en ocasiones son alimentados por los paseantes con pan o granos de los que se venden en lugares como la Plaza de América.